Nvidia ha emitido un comunicado oficial para refutar por completo las acusaciones de que sus unidades de procesamiento de gráficos (GPU) contienen puertas traseras, interruptores de apagado o software espía. La empresa subraya que la implementación de tales funciones socavaría los fundamentos de la ciberseguridad y la infraestructura digital global.
La aclaración de Nvidia surge en medio de un debate creciente entre expertos de la industria y legisladores, quienes discuten la posibilidad de que existan controles a nivel de hardware que permitan desactivar remotamente las GPU sin el conocimiento o consentimiento del usuario. Ante las especulaciones de que estos mecanismos ya podrían estar presentes en el hardware actual, Nvidia decidió abordar el tema de manera definitiva.
“Las GPUs de NVIDIA no tienen ni deberían tener interruptores de apagado o puertas traseras”, declaró la compañía enfáticamente, respaldando su posición con más de 30 años de experiencia en el diseño de procesadores.
Seguridad a través del diseño, no de vulnerabilidades
Nvidia argumenta que integrar puertas traseras o interruptores de apagado en sus chips crearía vulnerabilidades críticas de un solo punto que podrían ser explotadas por actores maliciosos. La empresa destaca que las normativas de ciberseguridad exigen eliminar las vulnerabilidades, no crearlas de forma intencionada.
Según Nvidia, la seguridad robusta se basa en el principio de «defensa en profundidad», que implica múltiples capas de protección en lugar de puntos de control centralizados que podrían comprometer sistemas enteros. Este enfoque ha guiado la innovación en la industria tecnológica estadounidense, protegiendo a los usuarios y fomentando el crecimiento económico.
Como ejemplo, la compañía mencionó el fallido proyecto Clipper Chip de la década de 1990. Este programa, impulsado por la NSA, buscaba ofrecer un cifrado potente, pero con una puerta trasera que permitía el acceso del gobierno a través de un sistema de custodia de claves. Sin embargo, investigadores de seguridad demostraron que este enfoque creaba fallas fundamentales que podían ser explotadas. Nvidia señaló que el Clipper Chip «representaba todo lo malo de las puertas traseras integradas», ya que la mera existencia de un acceso secreto destruía la confianza del usuario en la seguridad del sistema.
Distinción entre Software y Hardware
Nvidia hizo una distinción crucial entre las funciones de software opcionales controladas por el usuario y las puertas traseras de hardware. Aunque los dispositivos modernos ofrecen funciones como «encontrar mi teléfono» o la capacidad de borrar datos de forma remota, estas son herramientas de software activadas por el usuario, no vulnerabilidades de hardware permanentes.
La empresa apoya las soluciones de software transparentes para diagnósticos, monitoreo de rendimiento y parches de seguridad, siempre que se implementen con el consentimiento del usuario. No obstante, integrar un interruptor de emergencia directamente en los chips crea fallas permanentes que escapan al control del usuario.
Nvidia concluyó su declaración enfatizando el papel vital de sus GPUs en infraestructuras críticas globales, como sistemas de salud, finanzas, investigación científica, supercomputadoras y aplicaciones de inteligencia artificial. Debilitar deliberadamente esta infraestructura comprometería los intereses de seguridad nacional y económicos.
“No hay puertas traseras en los chips de NVIDIA. No hay interruptores de apagado. No hay software espía”, finaliza la compañía, reforzando que no se pueden construir sistemas confiables sobre vulnerabilidades intencionadamente introducidas.